Cabeza retrato, vaso retrato, huaco retrato o también conocida como botella retrato es una vasija de cerámica andina que, como su nombre lo dice, representa las facciones principales de una persona.
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Se conoce que los huacos retrato eran característicos de la cultura Moche, sin embargo, se cree que perduró hasta la llegada de los incas. Si te interesa conocer más datos sobre los huacos retratos, este artículo es para ti.
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Introducción
A lo largo de la historia, los huacos retratos fueron producidos por los especialistas alfareros pasando por cinco fases estilísticas.
Diversos investigadores analizaron este proceso, pasando por la fase 3 y la 4 donde se presentó un claro aumento en el número de estas vasijas y, por supuesto, un claro perfeccionamiento de sus formas.
Por otro lado, pasando a la fase 4, se llegó al momento más importante de toda su producción. Así pues, mucha de sus vasijas del conjunto estudiado tenía formas muy poco comunes de observar, sobre todo vasos y cántaros, como para poderlas incluir dentro de algunas de las fases.
Por lo general, las principales formas eran las siguientes:
a. Vaso: Es una vasija abierta, sin “cuello”, cuya boca suele tener un diámetro grande
b. Cántaro: Es una vasija abierta, “cuello” de distinta altura, generalmente abierto hacia arriba
c. Botella con asa gollete: Es una vasija cerrada, con un “cuello” simple, largo y estrecho, además de un asa que une el “cuello” con el cuerpo
d. Botella con asa estribo: Es una vasija cerrada con un asa en forma de estribo
e. Canchero: Es una vasija abierta con el cuerpo muy aplastado y la boca ubicada en el centro con un mango alargado. En el caso de los huacos retrato, la parte superior del cuerpo representa una cara con la boca muy abierta (también la boca de la vasija). Generalmente, la base está elaborada de forma esquemática.
f. Copa, base sonaja o sonajero: Es una vasija abierta, por lo general de pequeñas dimensiones, en forma de copa con pie alto. El pie está por separado y después unido al cuerpo, cerrado y con la base agujereada. En su interior, existen pequeños objetos que le dan a la vasija el carácter de instrumento musical.
¿Qué es el huaco retrato?
Un huaco retrato o también llamado cabeza retrato, huaco retrato, vaso retrato o botella retrato, es una vasija de cerámica originaria de los andes.
Se le denomina huaco al ser una representación netamente personalizada y naturalista de un rostro humano, que es representativa de la cultura Mochica, una cultura que se desarrolló entre los siglos 2 y 7 después de Cristo en el valle del río Moche, a lo largo de la costa norte del Perú.
Cabe resaltar que estas cerámicas de retratos son algunas de las pocas representaciones realistas de humanos que se encuentran en toda América precolombina.
En sí, los personajes representados podrían tratarse de figuras destacadas de toda la sociedad mochica. Muy antes de las investigaciones realizadas por el arqueólogo Max Uhle, se creía que estas cerámicas eran incaicas.
Breve descripción
De forma general, los huacos retratos son parte de los recuerdos más estudiados por arqueólogos e historiadores. También son llamados “cabeza retrato” y, de acuerdo con las creencias, habrían sido hechos con fines ceremoniales.
Ello se justifica en la forma del cuello que poseen, dado que se abre sobre la parte superior de la pieza y es propio de las ceremonias funerarias de la cultura Mochica.
Para otros investigadores, los huacos retrato representan cinco fases estilísticas. De acuerdo con ello, la técnica se fue perfeccionando. En cuanto a la producción, esta aumenta entre la fase 3 y 4 de todo el período cerámico.
Según estudios, estas piezas serían la representación de personajes influyentes del momento. Cabe mencionar que, en ellos, se observan distintas formas, que incluyen los siguientes motivos:
- Zoomorfos
- Fitomorfos
- Representaciones sexuales
- Representaciones bélicas, entre otros
Aunque dichas vasijas ceremoniales también han sido encontradas en áreas domésticas, es principalmente en el contexto funerario donde abundan.
Y es que se trata de una ofrenda hallada tanto en tumbas pequeñas, como en las más grandes. Para los investigadores, estas piezas eran la forma en que se expresaban la identidad social del difunto, así como también sus creencias en relación con la muerte.
El objetivo ceremonial de los huacos retrato, sustentado y reafirmado por investigadores reconocidos como Julio C. Tello, es que estas piezas serían una representación de los antepasados fallecidos.
En tanto, no podían ser de uso diario, sino solo figuras relacionadas con el misticismo y objetos de culto.
¿A qué cultura pertenece?
Los huacos retrato estarían inspirados en el gran gobernante de los Mochica, además de sus sucesores, familiares y todo lo relacionado a ellos.
Tal afirmación encontraría su sustento en que: si se observa con detalle las piezas encontradas, estas presentan similitudes por lo que parecen pertenecer a un solo individuo.
Incluso, los huacos retrato podrían representar el trayecto de vida del mismo personaje, pasando desde su juventud, edad adulta y vejez.
Para los investigadores, estas piezas no eran sino retratos de quienes eran enterrados en las sepulturas, y se realizaba el proceso de momificación de los cadáveres. Como tal, la cerámica tenía un fin ritual: ser el ejemplo de “una vida después de la muerte”.
Por otro lado, es importante mencionar que se hallaron moldes que sirvieron de base para la elaboración en serie de los huacos retrato. Estas piezas producidas en serie fueron encontradas en tumbas de distintas zonas ocupadas por los mochicas.
Cultura Mochica
Entre los motivos más populares del arte precolombino, se encuentra la representación de seres humanos, así como la de figuras sobrenaturales mitad hombre mitad animal de distinto tipo, característico de la cultura Mochica.
En ellas quedaron retratados dibujos y pinturas, en bajorrelieves y esculturas, obras monumentales y en pequeñas piezas de arte móvil.
Entre los materiales más diversos con los que se elaboraba, se encuentra:
- Piedra
- Metal
- Cerámica
- Arcilla cruda
- Estuco
- Madera
- Hueso
A ello, se le agregaba tela y composiciones hechas con plumas de colores. Los huacos retratos se dibujaban sobre las hojas y en los frescos y relieves que decoran las paredes de todos los templos. Asimismo, aparecían en los geoglifos, en el arte rupestre y en los grafitis.
Toda la temática de este tipo de representaciones estaba fuertemente vinculada con la tradición de los Andes centrales.
Con frecuencia, esos temas fueron adaptados y mejorados de distintas formas. El interés se dio por parte de creadores de todas las culturas desarrolladas en las regiones, en las cuales, actualmente son: Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile.
En pocas palabras, se trataría de las tierras que antes de la llegada de los españoles, formarían parte del gran imperio inca.
Uno de los motivos más característicos del arte de esta región es el de las imágenes de cabezas humanas aisladas o “privadas del cuerpo”.
Cabe resaltar que estas representaciones sugerentes de este tipo de cabezas ya aparecen en el periodo temprano de desarrollo del arte en los Andes centrales. Los rostros antropomorfos de apenas unos centímetros de altura decoraban las calabazas con la técnica más conocida como pirograbado.
Entre los adornos más importantes de las paredes de la Huaca Prieta en el valle de Chicama, se encontraban unas grandes cabezas de seres sobrenaturales hechas de arcilla y policromadas.
Luego de más de mil años, se utilizó una decoración similar en el Templete Semisubterráneo, una construcción tardía de los Tiahuanaco.
Con frecuencia, estas cabezas cortadas de hombres muertos, aún ensangrentadas, a veces de una en una, otras por docenas, en pilas, se encontraban en todo el lugar.
Además, la fachada del llamado Templo Nuevo de Chavín de Huántar, estaba decorada por varias decenas de cabezas clavas, elementos de piedra en forma de cabezas de personas y de seres mágicos “decorando” las paredes.
Características del huaco retrato
Los huacos retratos aparecieron desde el primer descubrimiento por parte de la cultura Moche. Así, estas formas cerámicas, aún en su fase inicial, no poseían particularidad alguna en su forma, tan solo algunos detalles en el pintado o algún detalle adicional.
Fueron perfeccionados alcanzando un gran grado de realismo y tuvieron su máximo apogeo en el periodo o fase 3 del desarrollo cultural Mochica. Esto correspondería a los años 200 a 300 después de Cristo.
Tales vasos varían de 6 a 45 centímetros de altura, siendo la mayoría entre 15 a 30 centímetros. Los recipientes están diseñados en su parte superior con un asa alargada o de un pico ancho tipo jarra.
Por lo general, la cerámica Moche presenta un estilo rojo o marrón, pintado sobre un fondo crema pálido. Sin embargo, también se encuentra pintura blanca sobre rojo y negro.
Los artesanos usaron arcilla ferrosa y blanca, con la que diseñaban a partir de un molde que tenía la forma de una cabeza.
Uso de los huacos retrato
Estas vasijas portátiles estaban destinadas a contener líquidos, posiblemente como la chicha, una bebida tradicional.
En su mayoría, han sido recuperados de tumbas, pero no por ser objetos funerarios, ya que se cree que fueron utilizados durante la vida de las personas, como objetos utilitarios, tal y como lo demuestran las marcas del desgaste y las reparaciones.
Eso sí, se debate acerca de su uso no doméstico y exclusivamente como piezas importantes dentro del ritual funerario, por lo que serían retratos de los difuntos o una manera de ejemplificar el estado social de la persona sepultada.
También se propuso que los huacos retratos representarían a un personaje único, el gobernante general del pueblo mochica, y que las diferencias mostrarían sus otras etapas vitales, pero se ha probado que es una teoría falsa.
Tipologías o tipos
Existen huacos retratos con forma de cabeza humana, así como también los hay de auténticos retratos en forma 3D.
Casi todas las representaciones son de hombres adultos. Solo en algunos casos particulares, existen huacos retratos de niños, pero no se han encontrado representaciones de mujeres adultas.
Los retratados no eran idealizados, sino reales. Por ello, algunas presentan anormalidades, como labios leporinos y personas tuertas. En algunos se puede apreciar pintura fácil o tatuajes.
De acuerdo con su representación, los huacos retratos se pueden clasifican en:
- Escenas cotidianas
- Enfermedades
- Estados de ánimo
Importancia y relevancia
Para los especialistas, los huacos retrato, más allá de su forma y antigüedad, son piezas únicas que revelan el poder que tuvieron en su momento.
Estas también son importantes porque dan luces sobre la organización que poseía la cultura. Del mismo modo, permiten entender las funciones y roles en la vida social y religiosa del grupo.
Estudios más recientes sobre los huacos retratos, indicaban que estos no se concentraría en personajes en concreto, sino en tipos de individuos, en representantes de distintos tipos sociales.
Incluir estas piezas en las tumbas moche no sería más que una señal de reconocimiento. En pocas palabras, un signo que identificaría al difunto como parte de la cultura prehispánica.
Huacos retrato en la actualidad
A pesar de que, en un inicio, los huacos retrato se hallaban distribuidos en diferentes colecciones privadas, hoy en día existen museos en donde se exhiben a todo el público.
Uno de ellos es el Museo Cao en el Complejo Arqueológico El Brujo, en donde se pueden tomar fotografías de todas las piezas de la exposición, a excepción de la sala que presenta a la Señora de Cao.
Después de observar tales piezas, puedes pasar a la sección de los huacos retrato que se encuentra disponible en otra sala de la exposición. De esa manera, te sentirás más cerca de todo lo acontecido durante los periodos de la cerámica precolombina.
Resumen
En general, los huacos retrato construyeron su apogeo durante el periodo de la cultura Mochica. Sin embargo, continuó su desarrolló logrando, incluso, agregar distintas formas de la vida cotidiana, tales como las enfermedades o los estados de ánimo.
A diferencia de otras culturas, cabe resaltar que en tales huacos se busca la representación exacta de la realidad y no una versión mítica o mágica.