Dentro del tiempo que duró el dominio de la cultura Wari, ellos mantuvieron diversas creencias, así como también una fuerte ideología. Si se habla solo de cerámica, ¿sabías que contaron hasta con cuatro estilos distintos?
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Entre el estilo Chaquipampa, Viñaque, Conchopata y Robles Moqo, los Huari contaron con diversas técnicas para emplear en cada uno de ellos. Ello le sirvió para destacar como nación guerrera. ¿Qué más se sabe sobre estos estilos? Descúbrelo en el siguiente artículo.
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Introducción
Durante el periodo denominado como horizonte medio, la cultura Wari de Ayacucho prolongó su influencia a través de una mayor parte del Perú moderno.
Debido al descubrimiento casi reciente de esta cultura, además de ciertos problemas en el territorio, la comprensión de su naturaleza en sí permanece relativamente escasa.
La evidencia que se ha recopilado hasta el momento sugiere que esta influencia refleja la expansión de la cultura Wari mediante la imposición de fuerza sobre una parte significativa de los Andes.
Fases de la cultura Wari
Así pues, algunos investigadores han planteado que el impacto del imperio a nivel local fue mínimo, mientras que otros afirman que el control imperial fue directo y presente a través de todo el territorio.
Para resolver tal conflicto, se creó el término “mosaico de control” y sugirió que la fuerza imperial en un área era, en gran parte, por la distancia de la región, organización política, potencial de riqueza y tolerancia al control externo. Por tanto, el nivel de control podía variar de acuerdo con la región.
En muchas regiones, el imperio Wari prefirió construir sitios con determinados rasgos significativos.
Es así que, a través del Perú, han sido encontrados más de 30 de ellos que contienen edificios construidos con reglas arquitectónicas. Tales centros son estructuras que hicieron posible el hecho de ser diseñadas para aparentar eficiencia en toda la región.
A pesar de ello, no se constituyó un fuerte como tal: el imperio no los construyó en localidades defendibles y no los empleó como defensa contra ningún tipo de ataque; más bien, las excavaciones en dichos centros indican que eran sedes de un grupo de elite, con gustos más inclinados hacia festines y rituales que para la guerra.
Cada uno de estos sitios han sido ampliamente interpretados como centros administrativos que servían para organizar objetivos políticos y económicos.
La extensión de la influencia Wari a través del Perú fue marcada, también, por la manera en la que se distribuía su cerámica.
La base para conocer más de tales estilos fue la elaboración de una secuencia cronológica de Wari. Aunque varios investigadores han contribuido con el conocimiento de la cerámica de esta cultura, la forma básica para conocer los diversos estilos se basa en una sola.
Así pues, el horizonte medio (donde surgió la cultura Wari), está dividido en cuatro fases, cuyas dos primeras se dividieron en dos épocas más.
Por lo tanto, se cree que la expansión del imperio ocurrió durante el horizonte medio y colapsó durante la tercera etapa.
Generalidades sobre la cerámica
Bien se sabe que la cerámica ocupa un lugar destacado dentro de las artes de toda cultura, evidentemente, la cultura Wari no es la excepción.
Uno de los estilos que no se habla mucho es el de “nieveria”, como ya se ha indicado, se enriqueció incorporando a su decoración la temática Wari y aumentando la policromía de su colorido.
A la par de todo ello, en las lomas de Lachay apareció un nuevo estilo Wari, bautizado con el nombre de Teatino, de formas simples y un tanto redondas, de colores rojo opaco y decoración incisa de motivos relacionados a los de Tiawanaku. Su difusión se localizó en el valle de Chancay y parte de la cuenca del Chillón.
Por tanto, la cerámica era policroma y su acabado de superficie era muy pulido. Hay piezas policromas de grandes dimensiones y muy decoradas que, probablemente, tuvieron usos ceremoniales y demuestran el alto nivel técnico de los ceramistas, con una producción a grandes niveles.
A la par de ello, cada periodo estuvo vinculado a una forma, estilo e iconografía que hizo que la cultura Wari destacará en tal campo. Asimismo, ellas destacaron por ser tanto bicromas como policromas.
¿Qué es lo que exactamente se sabe sobre tales estilos? ¡Veámoslo a continuación!
¿Cuántos estilos tuvo la cerámica Wari?
Por regla general, y de acuerdo con los investigadores especializados, Wari se dividió en cuatro fases, las cuales estuvieron marcadas por 4 estilos.
De esa manera, el pueblo Wari cultivaba cerámica de forma enorme y elegante, en la que se evidencian los periodos muy diferentes de su cultura.
De acuerdo con las evidencias, la cerámica del pueblo Wari estaba marcada por distintas influencias.
Los investigadores, dependiendo de la época y el lugar en el que se desarrolló y de las características que presenta, han dividido la cerámica de la cultura Wari en distintas fases o estilo, entre los que destacan: Chaquipampa, Conchopata y Robles Moqo.
Por todo ello, el pueblo Wari fabricaba cerámica fina orientada al uso de la élite, además de servir para la difusión de ideas religiosas. También crearon cerámica para darle otro uso, como del tipo doméstico.
Estilo Conchopata
El estilo Conchopata, fue el primer estilo de cerámica que apareció en la zona de Ayacucho, influenciado por la cultura de Tiahuanaco.
El objeto cerámico que más se destaca de este tipo de estilo son las urnas grandes con medidas de aproximadamente 80 centímetros de alto por 90 de diámetro. Tales urnas eran usadas como depósitos de ofrendas.
Los colores característicos de estas piezas son:
- Rojo
- Gris
- Crema
- Negro
- Blanco
- Púrpura
Toda la parte externa de la pieza se encuentra decorada con dibujos de personajes similares a los que se encuentran en la Portada del Sol de Tiahuanaco. En otras ocasiones, también eran decoradas con una cara o gollete.
Cuando se habla de un “gollete” se refiere a la parte delantera superior del cuello, por lo que una “cara o gollete”, significa que es una imitación de cara de humano y la parte superior del cuello de lo mismo, como se puede observar en distintas muestras que existen en la actualidad.
En general, la cerámica Conchipata de la cultura Wari, destacó por la elaboración de grandes urnas que medían 18 centímetros aproximadamente de largo. Además, muchas de ellas tenían como objetivo funcionar como un depósito de ofrendas.
Estilo Chakipampa
El estilo Chaquipampa, pertenece a la segunda fase de la cerámica Wari. Bajo este estilo, la cerámica destacó como diferente a las demás, pues esta no se utilizó en las ceremonias como las otras.
Del mismo modo, la cerámica de esta fase se ha encontrado en la zona de Acuchimay en Ayacucho. Normalmente, se fabricaban objetos pequeños de uso cotidiano como lo son:
- Vasijas
- Cuencos
- Botellas modeladas como figuras humanas o como tubérculos, es decir, con aquellos vegetales que vienen directamente de la tierra, como, por ejemplo: la arracacha y la chufa.
Todas las piezas de esta fase se hacían y decoraban en los colores:
- Blanco
- Púrpura
- Gris
- Crema
Así pues, el periodo Chaquipampa se destacó en el desarrollo de cerámica de uso común, cuyo carácter ceremonial no fue tan elaborado.
Las formas más comunes fueron las botellas pequeñas, cuencos y vasijas que eran elaboradas manualmente como figuras humanas o tubérculos.
Los estilos de Chakipampa son estilos de cerámica netamente de la sierra y ejercieron gran influencia sobre el horizonte medio.
En la mayoría de los casos, las ollas encontradas de estos estilos reflejan poco acercamiento con las tradiciones locales de las áreas en las cuales se encontraron. También se encontraron imitaciones locales de estilos imperiales y cerámica local.
Por su parte, en el valle de Cotahuasi se encontraron solo nueve fragmento de cerámica Wari, los cuales pueden ser colocados en el horizonte medio.
Uno de ellos es un cuenco cerrado que tiene una forma similar a los estilos aplicados en Nazca, pero con diseños parecidos a ejemplos en Pachacamac.
Cabe resaltar que los fragmentos de cerámica fueron encontrados en contextos domésticos y funerarios.
Estilo robles moqo
El siguiente estilo de cerámica es el de Robles Moqo. Este proviene de los sitios Wari y Chaquipampa, en la zona de Ayacucho ubicado en Perú. Aunque también se han encontrado piezas en Pacheco, Nazca.
Las piezas que se destacan bajo este estilo son las grandes vasijas ceremoniales, dentro de las cuales hay urnas, cántaros cara o gollete, figuras de llama y vasos con medidas de aproximadamente entre los 66 centímetros y 55 de alto.
Existen también otros objetos cerámicos con formas mucho más pequeñas de animales, como los:
- Vasos escultóricos
- Vasijas en forma de cabezas humanas
Todas estas figuras estaban decoradas con elementos fitomorfos, es decir, con apariencia de plantas, como lo son las mazorcas de maíz. Otros diseños que se utilizaban eran con figuras geométricas y de la naturaleza.
Los colores que se destacan en este tipo de cerámica son:
- Rojo
- Blanco
- Púrpura
- Gris
- Crema
- Negro
Estilo Viñaque
Es el último, pero no menos importante estilo de cerámica Wari. El tipo de estilo Viñaque, viene de Wari con influencia de Robles Moqo y Chaquipampa. También cuenta con influencia de la zona de Nazca y Pachacamac.
Es el estilo representativo del imperio Wari durante la época del Horizonte Medio, ya que combina las características de los otros estilos. Al igual que Chaquipampa, Viñaque ha sido encontrado con frecuencia en desechos domésticos.
A diferencia de estos estilos, los temas religiosos, aunque a veces no tan evidentes y aplicados fuera de contexto, se encuentran con frecuencia en las vasijas.
Se podría interpretar esta tendencia como una popularización de la religión Wari.
Asimismo, otros dos estilos locales: Atarco, del valle de Nazca y Pachacamac, en la costa central, fueron influenciados en gran parte por este estilo. Aunque, cabe resaltar, que estos estilos regionales de los valles del sur, no se han identificado.
Algunas de sus piezas han sido encontradas en zonas como Cajamarca, Sicuani, Ocoña y el Valle de Moche, todas ellas ubicadas en Perú.
Por su parte, en el valle de Cotahuasi se recogieron alrededor de 57 fragmentos de cerámica identificado como Viñaque.
A diferencia de las imitaciones de la cerámica Wari, estos fragmentos son similares en estilo a los encontrados en otras partes de los Andes.
Los objetos cerámicos de esta fase fueron los cuencos en forma de esfera, pequeños cántaros o vasijas con cuello efigie, es decir, un cuello corto y ancho, y, finalmente, botellas de dos cuerpos.
Su decoración se basaba en figuras de cabezas geométricas de felinos pintadas de perfil, plantas estilizadas, cráneos y bandas de grecas (tales bandas son observables en la parte superior del cuello de la pieza del centro). Los demás motivos también los puedes apreciar en distintos lugares.
La cerámica desarrollada durante este periodo es considerada como la de la expansión, dado que sus productos, en su mayoría, servirían de inspiración para otras culturas que se encontraban en pleno apogeo.
Las formas principales en generar fueron vasos, pequeños cántaros y cuencos. En muchas de ellas se pintaban cabezas geométricas de felinos, las cuales pueden apreciarse de perfil.
Resumen
Por todo lo expresado con anterioridad, está más que claro que los Wari destacaron notablemente por aplicar 4 estilos completamente distintos entre sí. Así, cada uno de ellos se aplicaba a la forma cerámica que más se acomodaba, tales como las vasijas, los cántaros, entre otros moldes.
Del mismo modo, estos estilos se asociaron a diversas formas y colores donde destacaron el rojo, blanco, púrpura, gris, crema y negro. Además, se aplicaban las técnicas de la policromía y la bicromía. Algo que los hizo destacar notablemente.
No se debe olvidar la mención de los tan famosos “motivos” o iconografías que se aplicaron con detalle en tales obras de arte.
Y es que, cada uno de ellos, también se diferenciaron de cada estilo que se aplicó. Así pues, mientras que algunos preferían el estilo geométrico o simple como unas líneas, otros optaban por aplicar formas de personas, animales o incluso aves.
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