¿Compraste un objeto cerámico hace mucho tiempo y ya es tiempo de renovarlo? ¿Desconocemos acerca de dónde se debería dejar un material de este tipo? ¿Tienes dudas acerca de si la cerámica es reciclable o no? Pues tranquilo, llegaste al lugar correcto.
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Con el paso del tiempo, es probable que nuestros objetos hechos con cerámica vayan perdiendo el color e, incluso, pueden presentar rajaduras de algún tipo. Entonces, ¿qué se debe hacer en estos casos? Por ello, en la siguiente nota explicaremos todo acerca de lo que sucede cuando la cerámica ya cumplió con su ciclo de vida. ¿Te imaginas lo que puede suceder?
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Introducción
Como bien sabemos, la cerámica no es solo un pocillo o vasija hecho de barro, ahora que conocemos todo acerca de sus diferentes tipos y presentaciones, sabemos que contamos con un objeto de este material al contar con un florero, jarrón, plato o taza hecho de porcelana.
Es más que seguro que, alguna vez, se te cayó alguno de estos objetos y se hizo trizas. En dichos momentos uno puede sentir desde terror hasta desesperación. ¿En dónde se puede llevar los pedazos de cerámica?
El error más común que cometen las personas en general consiste en recoger los pedazos y colocarlos dentro de una bolsa plástica. Posteriormente, lo suelen agrupar con el resto de basura común y corriente.
¡Grave error!
Nunca se debe colocar un material de este tipo, u objetos similares al vidrio, en las bolsas de la basura común. Principalmente porque el triturador de basura se puede quedar atascado, y segundo porque también hace un daño al ambiente.
Al igual que las pilas que demoran cierto tiempo en desaparecer de la faz de la tierra, la cerámica compacta demora alrededor de un millón de años en su descomposición total.
Ahora bien, te preguntarás “¿por qué?”.
Probablemente sea debido a todos los materiales que la componen.
¿Por qué la cerámica demora tanto en descomponerse?
Primero que nada, se debe comprender que la cerámica es una pieza que ha sido sometida a diversos procesos.
A diferencia de los objetos en la antigüedad, ahora existen diversas técnicas aplicadas. Una de ellas es el vidriado; este proceso consiste en revestir objetos cerámicos con un material similar al vidrio que hace que las capas o superficies cerámicas sean lo suficientemente impermeables.
Aquellos artículos cerámicos que cuentan con esta propiedad les permite retener el líquido, agregar colores y decorar la superficie exterior. Del mismo modo, esta técnica permite que la cerámica pueda tomar más formas antes, durante y después del moldeo. Los productos como los azules, terracota y ladrillos, generalmente se encuentran esmaltados.
En pocas palabras, la cocción, la sílice y otros elementos que se combinan para crear a la cerámica, ocasionan que tarden un poco más en su proceso de descomposición.
¿Por qué la cerámica no se recicla?
Evidentemente, los objetos hechos de cerámica son totalmente duros, frágiles y, en ocasiones, incoloros, al igual que el vidrio, por supuesto que no se pueden reciclar. Además, recordemos que el principal componente de la cerámica es la arcilla, una mezcla entre agua, sílice, plomo, estaño, entre otros óxidos metálicos. Dicha composición varía de acuerdo con los distintos tipos de arcilla. Es más, algunos de ellos pueden incluir cuarzo, feldespato, mármol, potasio, magnesio o aluminio.
Todos aquellos elementos mencionados con anterioridad hacen que sea difícil el proceso de descomposición. Por ese mismo hecho, en primera instancia, la cerámica no puede ser reciclable en ninguno de los contenedores.
Uno de los errores más frecuentes que se presentan a la hora de tirar jarrones u otras piezas de cerámica es tirarlos al contenedor verde. Antes que nada, hay que considerar que dicho contenedor, de acuerdo con las leyes ecológicas, está destinado sólo al depósito de los envases de vidrio. Entonces, por nada del mundo se debe tirar objetos de cerámica y combinarlos con ellos.
Otras de las razones por las que estás piezas no pueden combinarse es debido a que el vidrio se funde a una temperatura mucho más baja que la cerámica. Dichas diferencias que se presentan a la hora de su composición obligan a fundir a estos materiales en hornos completamente diferentes.
Por lo tanto, lo correcto es depositar los jarrones o cualquier otra pieza cerámica en un punto limpio o que haya sido previamente coordinado por la comunidad de tu localidad. Después de ello, la cerámica será correctamente transportada a vertederos autorizados en donde sabrán qué hacer con ella. De esa forma, la cerámica pasará a ser triturada y almacenada en el menor espacio posible, junto al resto de desechos que son considerados como no reciclables, y, a su vez, se fomentará su descomposición.
¿Qué pasa con la cerámica al final de su vida?
La sociedad americana de cerámica, o mayor conocida en inglés como la “american ceramic society”, clasifica a los productos cerámicos en 7 diferentes tipos:
- Abrasivos
- Vidrios
- Cementos
- Refractarios
- Productos estructurales de arcilla
- Cerámicos blancos
- Cerámicos avanzados
Si nos basamos en dicha clasificación, y, debido a que los materiales cerámicos no se corroen, frecuentemente sus periodos de vida útil son mucho más largos que los de otros materiales.
Sin embargo, estas mismas propiedades físicas que hacen que los cerámicos sean tan durables en el tiempo, también los hacen extremadamente difíciles de reciclar, con la única excepción del vidrio.
Por su parte, los cerámicos blancos comúnmente son enterrados después de que se complete su uso.
No obstante, no sucede de la misma manera en todos los países del mundo.
Por ejemplo, en países como Nueva Zelanda, se han iniciado programas de administración de vida para proporcionar un reciclaje de fin de vida a los cerámicos.
En cuanto a las botellas recicladas, vidrierías, bulbos de luz, frascos y otros artículos u objetos, estos son clasificados por color y triturados en un polvo muy fino llamado desperdicio de vidrio (que consiste en un polvo de vidrio muy fino utilizado en el reciclaje de cerámico), que puede ser refundido y reformado a nuevos productos de vidrio.
Un dato adicional y de suma importancia es que cada tonelada de desperdicio de vidrio utilizado ahorra más de 600 toneladas de emisiones de dióxido de carbono.
En otros casos, existen compañías que optan por pulverizar los concretos de los proyectos de demolición de construcciones y son usados como agregado para proyectos futuros.
Es importante recordar que la industria de los cerámicos cuenta con una gran ventaja en cuanto al campo de venta o demanda, ya que, en caso de que fracase un tipo de producto en específico, esta materia primera puede ser utilizada en otro ámbito ocupacional.
Un claro ejemplo de todo ello, son aquellas empresas que se dedican a las porcelanas de alfarería. En caso de que existan pérdidas, caídas o, en el peor de los casos, finalmente se derive al fracaso general de ese rubro, la empresa aún cuenta con su materia prima y, de esa forma, puede negociar su venta a un mercado completamente distinto.
¿La cerámica es sostenible?
Investigaciones previas aseguraban que la sostenibilidad en la cerámica era totalmente imposible. Sin embargo, con el continuo avance de la tecnología se ha podido llegar a crear una cerámica capaz de absorber el C02, así como también baldosas más finas para consumir menos materia prima, o que no necesitan cemento en lo absoluto. Por lo tanto, se generan menos residuos.
Lo bueno de todo ello es que se trata de un material resistente que no se desecha con facilidad y, tampoco, frecuentemente.
Es por ello que, gracias a la sostenibilidad de este material se busca cuidar las piezas, así como también aprovechar su longevidad, y darle distintos usos a ese jarrón que lleva por años en una familia.
Entonces, ¿la cerámica no se puede reciclar?
Si bien es cierto que mencionamos que, en primera instancia, la cerámica no es del todo posible capaz de reciclar, lo real es que existe una técnica que permite reutilizar de manera sostenible a la cerámica.
Dicha técnica lleva por nombre trencadís, y es considerado como una forma de reutilizar, de manera sostenible, todo objeto cerámico.
En pocas palabras consiste en utilizar la cerámica para el recubrimiento de superficies y la creación de marcos y mosaicos.
Trencadís: nueva técnica para reutilizar los objetos hechos de cerámica
Muy a pesar de estar catalogado como un material no reciclable, gracias a esta técnica se le puede dar un nuevo uso. Así pues, se utilizarán trozos quebrados del material cerámico para crear mosaicos, marcos y revestir superficies, especialmente en la arquitectura como las fachadas, los parques, jardines, puentes, bancos, diseños, logotipos, interiores y baños.
De esa manera, se aporta cierta resistencia además de embellecer los espacios.
Esta técnica ya lleva algo de tiempo en el mercado actual. Por su parte, un gran precursor de esta novedosa idea de reciclaje fue el arquitecto español Antoni Gaudí.
Es considerado de esa manera dado que él fue quien elaboró más de 7 obras artísticas en las fachadas de Barcelona. Una de sus obras más magistrales se realizó en la Basílica de la Sagrada Familia.
Gracias al desarrollo de esta técnica, la cerámica pasó a convertirse en un gran método para volver a ser reutilizada, y, qué mejor, que de manera sostenible y como una excelente manera de expresar el arte.
Además, es importante mencionar que los trabajos del primer impulsor de esta técnica, es decir, de Gaudí, fueron declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), patrimonio de la humanidad en los años 1984 y 2005.
Tomando en cuenta que dicha técnica permite aportar a la construcción de un mundo más sostenible gracias al uso de la cerámica, te brindamos algunos consejos y pasos para que puedas crear tus propias obras de arte con la cerámica reciclada.
- Paso 1: Primero que nada, empieza por recortar la cerámica. Para ello, te recomendamos que cubras el objeto con un paño y golpees con un martillo hasta lograr obtener todas las piezas de forma dispersa y en tamaños irregulares.
- Paso 2: Ya sea un dibujo o una forma específica que desees plasmar, trata de explorar y explotar al máximo tu creatividad. Ten a la mano una plantilla de la forma que elegiste y fíjala con un pegamento especial para cerámica.
- Paso 3: Cuando hayas colocado todas las piezas sobre tu dibujo o forma deseada, puedes pasar al siguiente paso. Este consiste en cubrir los espacios que se encuentren un poco vacíos. Para eso, opta por cubrirlos con masilla.
- Paso 4: Por último, una vez que se seque por completo la masilla, pasa una esponja ligeramente mojada por alrededor de toda la figura. Esto ayudará a que se elimine todo tipo de objeto sobrante como también algún tipo de suciedad. Una vez terminado este proceso, solo queda observar nuestra pequeña obra de arte.
Resumen
A lo largo de su vida útil, los objetos cerámicos cuentan con diversas funciones de acuerdo con sus tipos y formas. Aunque, evidentemente, y como cualquier otro objeto, no perdurará para siempre.
Es entonces cuando uno se debe replantear las cosas, ¿es momento de darle un segundo uso?
Si tu respuesta es sí, la buena noticia es que la cerámica puede llevar a ser reutilizable. Todo de una forma adecuada y favorable para el medio ambiente.
Así pues, gracias a la técnica del trencadís, nuestra cerámica pasará a formar parte de un nuevo dibujo o de una nueva forma.
Aparte de darle un nuevo uso a su cerámica, animarse por realizar esta nueva técnica nos ayudará a aportar elegancia y frescura en nuestro hogar. Después de todo, ¿en dónde se ha apreciado este estilo innovador?
En caso te animes a realizar la técnica del trencadís, te recomendamos que lo realices con sumo cuidado y, solamente si cuentas con el equipo necesario para hacerlo, es decir, una figura o forma, un martillo y la masilla. Te aseguramos que quedaras completamente satisfecho y cómodo con el producto que realices.